AL AIRE..

jueves, 5 de julio de 2018

El Rey Lagarto


Por Divandino

El llamado “Rey Lagarto”, ese personaje mítico en el universo del rock de todos los tiempos, el rockstar por antonomasia que fue la imagen a seguir por millones de jóvenes fanáticos, quien representaba la gloria, la irreverencia y la fama. Una estrella que en la cúspide del éxito fue víctima de sus excesos y que se apagó a tan solo 27 años, esa edad que guarda cierto embrujo o algún tipo de maldición y que alcanzó a otras figuras como Jimi Hendrix,  Kurt Cobain o Amy Winehouse.

James Douglas Morrison, conocido simplemente como Jim Morrison, nació el 8 de diciembre de 1943 en Melbourne, Florida (Estados Unidos), en su adolescencia tomó el gusto y el hábito de la lectura, estudio cine y empezó a escribir poesía. Gracias a ese talento y amor por la música, en 1966  conformó, junto con Ray Manzarek, Robby Krieger y Hihn Densmore, The Doors, una de las bandas más recordadas y alabadas del rock.

 “Ligh My Fire” es quizá la canción más representativa de la banda norteamericana, amén de ser su primer gran éxito internacional. “L.A Woman”, “Love Me Two Times”, The End”, “People Are Strange” o “Riders On The Storm” son temas que quien se jacte de ser rockero, o simplemente un buen melómano, las identifica de inmediato. Son de las que en cualquier bar –de esos llamados con rock en vivo - la banda local toca.

A las nuevas y no tan nuevas generaciones quizá no dimensionen la importancia y el legado de The Doors y, por supuesto, de Jim Morrison. Musicalmente aportaron cadencia, irreverencia y la teatralidad de un líder, de un vocalista y del peso que significa para la imagen de una banda. Imagen que, por ejemplo, retomaron muchos vocalistas de un sin número de bandas; en el rock en español solo basta recordar a Enrique Bumbury cuando era líder de Héroes del Silencio.

Claro, todo lo anterior, va de la mano de los excesos personales del propio Morrison con el abuso de sustancias legales e ilegales, y de su exhibicionismo en el escenario que muchas veces rebasó el pudor y el respeto del público (señas obscenas, cantar totalmente ebrio y drogado). Nada fuera de lo común hoy día, más si recordamos a un Charly García metiéndose sendos pases de coca a un lado del escenario –esa es otra gran historia, claro, y tampoco exclusivo de los rockeros -.

Como todo suceso escandaloso, repentino y con alto grado de conmoción, la muerte del Rey Lagarto, en particular, guardó cierto misterio y un sinfín de interrogantes. Unos hablan de un ataque al corazón por sobredosis de cocaína, otros por el consumo de heroína muy fuerte que le ocasionaría muerte accidental y otro más que habría muerto en el baño de un bar parisino, igualmente, por drogas y alcohol.

De acuerdo a un artículo de la revista Rolling Stone en 1971,  un mes antes de su deceso, Jim Morrison habría tenido una fuerte tos y que la madrugada de aquel 3 de julio se despertó muy inquieto y tosiendo con sangre en un hotel de Paris, Francia. Tras comentarle a su pareja (Pam Courson) que se sentía bien y que tomaría una ducha, esta lo encontró horas después en el baño aparentemente muerto y con una tenue sonrisa, pensando que quizá se trataba de una broma, pero realmente había perdido la vida.

En el certificado médico, la causa del fallecimiento se debió a un “fallo cardiaco” provocado por un coágulo y una complicación con neumonía. Sin embargo, el hecho de que el mánager de The Doors, Bill Sidons, haya dado a conocer la fatídica noticia hasta el día 9 de julio de ese 1971, aduciendo que se buscaba evitar un circo mediático, y de que nunca se hizo pública una imagen de Morrison muerto o en el féretro, alimentó un cúmulo de teorías y leyendas urbanas sobre la verdadera causa del deceso. Aunado a ello, nunca se realizó una autopsia al cadáver del cantante porque las leyes francesas no lo exigían y el sepelio se hizo cuatro días después.

Existen varias teorías de fans y de supuestos testigos de los hechos sobre la muerte del Rey Lagarto. Muchas de ellas, al puro estilo de Pedro Infante o Hitler, aseguraban que Jim Morrison no había muerto y que en realidad vivía apaciblemente, lejos de la fama y los reflectores.

Lo cierto es que JIm Morrison, desde hace 47 años, yace en uno de los sitios más visitados del cementerio Père-Lachaise en la capital francesa, junto a leyendas universales como el poeta y dramaturgo Oscar Wilde y la cantante de ópera María Callas.

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EL PALOMAZO
En 1991 el polémico Oliver Stone dirigió The Doors, una película biográfica sobre la banda estadounidense, pero que ahonda en la vida intensa y fugaz de Jim Morrison. Cinta estelarizada por Val Kilmer y Meg Ryan. Muy recomendable. 

Un tema, sin duda, premonitorio:

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