La Libélula
Por Divandino
La
creación artística en diferentes ámbitos de la cultura y el entretenimiento no
está exenta de un sin número de señalamientos, principalmente de copiar o de
“plagiar” una obra o un fragmento de la misma. Y si el que roba supuestamente
la idea es un artista consolidado, pues el escándalo es mayor.
Un
plagio es una infracción del derecho de autor sobre una obra de cualquier tipo,
que se produce mediante la copia de la misma, sin autorización de la o las
personas
que la crearon o que es dueña o posee los derechos de dicha obra, y
que se presenta como original.
Y
viene esto a colación luego de que recientemente en el mundo de la música se
dio un caso más, de los cientos habidos y por haber. Resulta que la banda
inglesa Radiohead, famosa por ser uno de los estándares de calidad musical e
interpretativa dentro del rock, había demandado por plagio a la cantante
norteamericana Lana del Rey porque su tema “Get Free” del álbum Lust For Free está inspirado completamente
en el hit noventero de la banda alternativa, “Creep”.
Aun
cuando la cantante argumentó que su canción no copiaba al tema en cuestión,
ofreció pagar un 40 por ciento a la banda por los dividendos de “Get Free”,
pese a que los abogados de Radiohead piden el 100 por ciento de las regalías.
Hasta
el momento la banda no se ha pronunciado públicamente sobre el hecho, pero el
caso seguramente se resolverá en los tribunales. Lo curioso es que ellos fueron
acusados, en su momento, por el parecido de “Creep” con “The Air That I
Breathe”, un tema de The Hollies compuesta en 1974; hecho que obligó a Tom
Yorke y compañía a incluir en los créditos de su canción a Mike Hazlewood y
Albert Hammond, compositores de “The Air That I Breathe”.
Como
en muchas situaciones de la vida misma, existe una delgada línea entre plagio e
inspiración, la Ley de Propiedad Intelectual –que menciona en su artículo 14
que un plagio supone un atentado contra el derecho moral del autor a reconocer
su obra como propia- no lo aclara de forma contundente, pero se toman en cuenta
el número de compases seguidos y que se repiten para determinar si una canción
es o no un plagio.

Muchos
compositores, intérpretes o cantantes afirman que es muy difícil crear un tema
musical sin que el mismo no contenga ciertos matices de otro, lo cual no lo
convierte en plagio, sino en mera inspiración o, incluso, en un homenaje.
Un
ejemplo de ello, por mencionar solo alguno, es el solo de guitarra que incluye
Gustavo Cerati en el tema de Soda Stereo “Té Para Tres”, en su versión
desenchufada a mediados de los 90, y que pertenece al tema “Cementerio Club” del
otrora cantautor argentino Luis Alberto Spinetta. Y miren que a Cerati lo han
tundido por esos matices que incluyó en sus temas solista y de Soda, cuya
inspiración se sabe proviene de bandas como The Police, The Cure, King Crimson
o el mismo Spinetta.
El
fenómeno, como ya lo hemos dicho, no es exclusivo de bandas o vocalistas
nuevos, sino que también los grandes luminarias de la música han incurrido –quizá por accidente o por mero
gusto.
En
1969, tras la salida del disco Abbey Road
de The Beatles, la compañía discográfica del legendario Chuck Berry demandó a
los británicos alegando que John Lennon había copiado la letra y la música de
la canción “You Can’t Catch Me” en el tema “Come Together”. Lennon reconoció
haberse inspirado en el tema de Berry y el Cuarteto de Liverpool llegó a un
acuerdo extrajudicial del que no se conocen los detalles.
El
finado Rey del Pop Michael Jackson también fue acusado de plagio por un
cantante camerunés, quien argumentó que la canción “Wanna Be Starting Something”
–canción que abría el multipremiado disco Thriller
en 1984- era una copia de su tema “Soul Makossa” de 1972. Michael terminó
pagando alrededor de 200 mil dólares por concepto de derechos de autor.
Los
hermanos Liam y Noel Gallagher fueron acusados en varias ocasiones por esta
situación, aunque el más recordado es el de su tema “Shakermaker”, que apareció
en el disco debut de la banda Oasis Definitely
Maybe de 1994. La agrupación The New Seekers consideraron que dicho tema
era una vil copia de su canción “I’d Like To Teach The World To Sing” de 1971 y
que fue famoso por vestir una campaña publicitaria de Coca Cola. Por esta
travesura, Oasis pagó 500 mil dólares.
Otro
ejemplo, un poco más reciente y muy ilustrativo, es el que protagonizaron
Pharrel Williams y Robin Thicke con su canción “Blurred Lines”, que les valió
un Grammy como mejor dúo en 2014, cuyo parecido con el tema “Got To Give It Up”
de Marvin Gaye, los obligó un año después a pagar 7.3 millones de dólares a los
hijos del ya fallecido cantante norteamericano y leyenda del soul.
Mención
aparte merecen The Rolling Stones quienes en varias ocasiones han acusado a
otras bandas de plagio, como la que le hicieron a The Verve por su tema “Bitter
Sweet Symphony” que argumentaron era similar a su canción “The Last Time”. Curiosamente, el tema que lanzara a la fama a
The Verve samplea en realidad un fragmento del disco de The Adrew Loog Odham
Orchestra titulado The Rolling Stones
Songbook (1966) y que contaba con 10 versiones orquestales de la banda
británica, incluyendo “The Last Time”. De cualquier manera, los Stones ganaron
la batalla.
Abonando a este entramado, la misma canción “The Last Time”
está basada, a su vez, en el tema “This Maybe The Last Time” (1955) del grupo
de góspel The Staple Singers. Sin embargo, de manera mañosa, los ingleses nunca
pagaron centavo alguno argumentando que era una canción tradicional y que nadie
tenía los derechos sobre la misma.
Llámese karma o suerte de boomerang, en 1997 alguien advirtió
que sus Satánicas Majestades modelaron el tema “Anybody Seen My Baby?” –del
disco Bridges Of Babylon- a imagen y
semejanza del éxito “Constant Craving” de 1992 y original de K.D. Lang. Por
ello, la banda se curó en salud –dicho de manera coloquial- y, tras
negociaciones con la cantante canadiense, incluyó su crédito en la canción
recién estrenada, evitando demanda alguna.
Ta
vez no podría llamársele propiamente plagio, pero sin duda algo vergonzoso, el
caso que se dio a finales de los 80 con el dúo pop Milli Vanilli, pues fue un
proyecto mercadológico creado por un productor alemán quien utilizó a un par de
bailarines europeos para hacer un burdo playback con la música y voces de otros
que sí cantaban y sí eran compositores.

Sin
embargo, no todo lo que llegamos a escuchar y que se nos hace conocido,
parecido o idéntico a otra canción es plagio. Existe el Cover, que es una
versión nueva o reinterpretación de una canción grabada por un artista con
anterioridad, que es muy socorrida tanto por bandas nuevas como las ya
consolidadas y que, muchas veces, logran una versión alterna igual o más famosa
que la original.
Por
ejemplo, “Knockin’ On Heaven’s Door” de Guns N’ Roses y que es original del
Premio Nobel de Literatura Bob Dylan, “The Man Who Sold The World” de Nirvana y
que es original del gran David Bowie; qué decir de las toneladas –si se pudiera
medir así- de covers que un sin número de bandas y solistas han hecho de temas
de The Beatles y que los han consolidado.
Con
un sentido más terrenal, también podríamos mencionar a Café Tacuba cuya versión
de “No Controles”, que compuso Nacho Cano para Flans en los 80, la ha hecho ya
como un clásico propio, al igual que el mismísimo tema “Chilanga Banda” de
Jaime López o el “Cómo Te Extraño Mi Amor” de Leo Dan.
Por
otro lado, tenemos al Sampler, que se refiere a la utilización de un archivo
sonoro ya existente, de cualquier tipo, y reutilizarlo en un tema musical. Ya
sean frases de películas, fragmentos de canciones antiguas o trozos de canción
con otros instrumentos, estos son materia prima para las creaciones de
muchísimas bandas o grupos, sobre todo en el ámbito del hip-hop y más reciente
en el pop y dance electrónico.
En
ambos casos, el autor de la obra original recibe su retribución económica y su
respectivo reconocimiento en los créditos de la obra de reciente creación.
Si
se analizaran a conciencia muchos de los hits musicales que escuchamos a diario
en la radio o en las diferentes plataformas virtuales, sería muy difícil –por
no decir titánico- detectar alguno totalmente original, dado que esa línea
entre la inspiración y el plagio es muy pero muy delgada.
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EL PALOMAZO
Aquí
unos ejemplos de posibles plagios
https://www.youtube.com/watch?v=8JuO3YkNY8M
(original)
https://www.youtube.com/watch?v=MKC5cdGBY04
(original)