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lunes, 10 de abril de 2017

Kurt Cobain: una efímera carrera y un legado para la posteridad


LA LIBÉLULA

Por Divandino


El pasado 5 de abril se cumplieron 23 años de que una mañana Kurt Cobain se diera un escopetazo certero en la cabeza, con lo que no solo terminaría una vida llena de soledad, fama, talento y drogadicción, sino todo un movimiento contracultural que identificó a una generación, la llamada “Generación X”; terminó con esa etiqueta mediática llamada “grunge”.

Como una especie de maldición o una suerte cabalística de morir a los 27 años pesó en muchas estrellas del rock, como los icónicos Janis Joplin, Jimi Hendrix, Jim Morrison o Ian Curtis, así como Amy Winehouse y Kurt Cobain, entre muchos otros quizá menos famosos.

27 inviernos vivió Cobain porque su vida fue eso, inviernos crudos para su conciencia y su personalidad: un tipo brillante, si,  pero con problemas existenciales que amainaba con el uso y abuso de la heroína.

La música suele ser una válvula de escape para canalizar el talento y la energía, sobre todo en la adolescencia. Géneros como el punk o el hip-hop, en su momento, fueron expresiones del cambio en las mentes  de las nuevas generaciones, que posteriormente reflejaban cambios radicales en las sociedades contemporáneas.

Kurt Cobain nació en un pueblito norteamericano (Aberdeen, Washington) sin muchas oportunidades laborales ni escolares, víctima en algún momento de la violencia intrafamiliar, encuentra en la música un escape y gracias a una tía graba sus primeras pistas.

Vale recordar que existen varios documentales –les recomiendo Kurt & Courtney en Netflix- donde hacen mención constantemente de una grabación del pequeño Kurt cantando en una reunión familiar; o aquella etapa difícil en la que abandona la secundaria por falta de motivación, pero que se ve obligado a regresar a ella para trabajar como intendente.

Desde mediados de los 80’s, este genio que tenía facilidad para escribir y memorizar poemas de manera asombrosa, se une al bajista Krist Novoselic y al baterista Chad Channing, quien sería sustituido más adelante por Dave Grohl, para formar la mítica y efímera banda Nirvana; catapultando su éxito desde la ciudad de Seattle, donde también se gestaba el movimiento  Grunge junto con bandas como Pearl Jam, Stone Temple Pilots o Alice In Chains, por mencionar algunas.

Su relación enfermiza y tóxica con su hoy viuda, Courtney Love (líder a la postre de la banda Hole), fue un factor determinante en su trotante inestabilidad. Lejos de encontrar en Courtney un apoyo emocional y profesional, agudizó su adicción a las drogas y al alcohol.

Si Bleach fue el primer álbum de Nirvana, fue con su segundo material con el que llegaría el éxito, el dinero, la fama y los viajes por todo el mundo. Nevermind es un álbum, que no solo es un estandarte de la Generación X, sino un disco que revolucionó el rock en sonido y en actitud. El Grunge fue el subgénero  del  cual Nirvana lo abanderó a inicios de los noventa.

Hay muchas verdades a medias –y otras no tanto- sobre la muerte de Kurt Cobain. Lo cierto es que su inestabilidad emocional y su personalidad, en sí, estaba influenciada por la tendencia suicida de tipo familiar: dos de sus tíos acabaron con sus vidas de un disparo en la cabeza.

La teoría más escalofriante sobre el deceso del rockero se le atribuye a su propia esposa Courtney, quien con el afán de cobrar notoriedad social y económica, contrató por 50 mil dólares al líder de otra banda de mediana talla para matar a su esposo.

Dicha versión se afianza, luego de que se encontrara el arma sin las huellas de Cobain y la filtración de una grabación de Courtney donde supone que con la muerte de su entonces marido las regalías de su mda﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽jor manera, dada su personalidad muy retrantonces marido las regallidad emocional estaba aderezada con una fuerte cargúsica subirían como la espuma. Aunado a ello, la firma de carta la póstuma descubierta en la escena del crimen no coincidía con su caligrafía.

Kurt Cobain vivió la fama de manera intensa y de una manera vertiginosa, quizá no supo manejar dicha condición de la mejor manera, dada su retraída personalidad y sus traumas que tampoco nunca supo o pudo superar.


Lo que nos queda de aquel capítulo de 1994 es un legado de música y letras irreverentes, que retratan la complejidad de una juventud sin un futuro promisorio y con pocas esperanzas, lo que reflejaba, pues, aquella generación del "grunge".

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